Una sustancia poco común, conocida como "agua seca" o agua en polvo, que se asemeja al azúcar en polvo, podría proporcionar una nueva forma de absorción y almacenamiento del dióxido de carbono, gas que provoca el efecto invernadero que contribuye de manera destacada al calentamiento global.
El singular polvo promete ser útil para otros usos. Podría ser, por ejemplo, un modo respetuoso con el medio ambiente, y más eficaz energéticamente, de iniciar las reacciones químicas utilizadas para fabricar cientos de productos comunes.El agua seca también podría proporcionar una forma más segura de almacenar y transportar materiales industriales potencialmente nocivos.
Esta sustancia se conoce como "agua seca" porque está formada en un 95 por ciento de agua y, sin embargo, es un polvo seco. El agua seca fue descubierta en 1968, y atrajo la atención por su posible uso en la industria de los cosméticos. Unos científicos de la Universidad de Hull, Reino Unido, la "redescubrieron" en 2006 con miras a estudiar más a fondo su estructura.
Desde entonces, el grupo de Andrew Cooper de la Universidad de Liverpool ha ampliado su gama de aplicaciones potenciales. Una de las más recientes es emplear el agua seca como material para el almacenamiento de gases, incluyendo el dióxido de carbono. En la investigación, efectuada en el laboratorio, Cooper, Ben Carter y sus colegas han comprobado que el agua seca es capaz de absorber tres veces más dióxido de carbono que otros materiales en el mismo lapso de tiempo.En otra nueva aplicación potencial, los científicos también han demostrado que el agua seca es un medio prometedor para acelerar las reacciones catalizadas entre el hidrógeno y el ácido maleico para producir ácido succínico, una materia prima ampliamente utilizada para fabricar medicamentos, ingredientes alimentarios, y otros productos de consumo habitual.