En Junio de 2005 la sonda espacial Deep Impact enviada por la NASA para impactar con el cometa Tempel 1(a 134 millones de kilómetros de la Tierra y que además se mueve a una velocidad de 37000 kilómetros por hora ) cumplió su objetivo. Esto era parte de una misión controlada desde el Jet Propulsion Laboratory (JPL) de Pasadena, cerca de Los Ángeles,que según los científicos aportará pistas sobre cómo se formó el sistema solar.
. Un misil de 370 kilos y un metro por un metro, impactó sobre el cometa Tempel 1, provocando un enorme abanico de polvo y gas de 1800 km de radio, formado en buena medida por material virgen procedente del núcleo del cometa y sin ningún contacto con el exterior desde los lejanos tiempos de la formación del Sistema Solar, hace más de cuatro mil quinientos millones de años.
Ahora sabemos que, en el hipotético caso del choque de un cometa contra la Tierra, seremos capaces de llegar hasta él y golpearlo. La colisión ocurrió poco antes de las ocho de la mañana, hora española, según informó el control de la misión, que administra la operación de 333 millones de dólares. El impacto, el primero que se produce desde una nave espacial contra la superficie de un cometa, ha provocado una espectacular explosión en el espacio.
En el momento de la colisión, que se produjo a 10 km por segundo, el módulo quedó «vaporizado» al instante, mientras la nave nodriza vigilaba toda la operación desde cerca. La Deep Impact no paró de tomar imágenes y datos durante los 800 segundos siguientes, los únicos hábiles para hacerlo ya que después entraba en el «modo escudo» para protegerse al cruzar la cola del cometa.
Los cometas son restos de la materia original del sistema solar, que se formó mediante la compresión de una gigantesca nube de gas y polvo que dio paso a la creación del y los planetas. Como los cometas nacieron en los límites exteriores del sistema solar, sus centros podrían poseer aún algunos de los ingredientes primordiales cuyo estudio podría arrojar nueva luz sobre la formación del sistema solar, hace 5.500 millones de años.
El objetivo del experimento es estudiar a través del gas, el polvo y el hielo liberados por la explosión el origen del Sistema Solar. La sonda fue diseñada para tomar fotos cercanas a una gran velocidad hasta el choque con el cometa, la explosión fue equivalente a la de 4,5 toneladas de dinamita. Pero la nube creada por el impacto era tan densa que la sonda no pudo tomar las muestras, por eso la NASA envió después la sonda Stardust, de la que todavia no se tienen resultados ya que tiene que viajar más de 130 millones de kilómetros.
. Un misil de 370 kilos y un metro por un metro, impactó sobre el cometa Tempel 1, provocando un enorme abanico de polvo y gas de 1800 km de radio, formado en buena medida por material virgen procedente del núcleo del cometa y sin ningún contacto con el exterior desde los lejanos tiempos de la formación del Sistema Solar, hace más de cuatro mil quinientos millones de años.
En el momento de la colisión, que se produjo a 10 km por segundo, el módulo quedó «vaporizado» al instante, mientras la nave nodriza vigilaba toda la operación desde cerca. La Deep Impact no paró de tomar imágenes y datos durante los 800 segundos siguientes, los únicos hábiles para hacerlo ya que después entraba en el «modo escudo» para protegerse al cruzar la cola del cometa.
Los cometas son restos de la materia original del sistema solar, que se formó mediante la compresión de una gigantesca nube de gas y polvo que dio paso a la creación del y los planetas. Como los cometas nacieron en los límites exteriores del sistema solar, sus centros podrían poseer aún algunos de los ingredientes primordiales cuyo estudio podría arrojar nueva luz sobre la formación del sistema solar, hace 5.500 millones de años.
El objetivo del experimento es estudiar a través del gas, el polvo y el hielo liberados por la explosión el origen del Sistema Solar. La sonda fue diseñada para tomar fotos cercanas a una gran velocidad hasta el choque con el cometa, la explosión fue equivalente a la de 4,5 toneladas de dinamita. Pero la nube creada por el impacto era tan densa que la sonda no pudo tomar las muestras, por eso la NASA envió después la sonda Stardust, de la que todavia no se tienen resultados ya que tiene que viajar más de 130 millones de kilómetros.