El científico Craig Venter aseguró que en 2009 presentaría al mundo la primera forma de vida artificial creada en un laboratorio y Venter, uno de los «padres» del genoma, sólo ha podido dar un paso más o quizá la zancada definitiva. En la revista Science, una de las biblias científicas donde se dan a conocer los grandes avances, anuncia el nacimiento de lo que él llama la primera «célula sintética», aunque sólo su genoma lo es. Se trata de un híbrido, con la estructura natural de una bacteria viva y el material genético artificial. Los autores de la investigación han fabricado el ADN completo de una bacteria para introducirla en otra célula de una especie distinta. El resultado es que el nuevo genoma pasa a controlar la célula y produce las mismas proteínas que necesitaba el ADN insertado. Este descubrimiento supone un gran avance científico ya que da un paso más para la vida artificial, pero todavía no se puede hablar de ella, ya que la célula creada “ no es totalmente sintética sino que lo sintético es únicamente su genoma”, afirma Arantxa López, investigadora del Grupo de Microbiología Marina del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (Imedea).
Venter afirma sobre su trabajo que se trata de un "nuevo paradigma" puesto que es "la primera vez que tenemos una célula totalmente controlada por un cromosoma sintético". "Partimos de una célula viva, pero el cromosoma sintético la transforma totalmente en una nueva sintética", explica. Como científico positivista, Venter defiende que su objetivo no es jugar a ser Dios, sino "comprender la naturaleza básica de la vida y los conjuntos mínimos de genes necesarios para la vida”. Por este motivo, cree que es posible que si se logra crear vida artificial sea necesario crear una nueva legislación o modificar la actual para impedir abusos o posibles riesgos. En este sentido, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, pidió a la Comisión Presidencial para el Estudio de los Asuntos de Bioética que analice las implicaciones éticas de este avance. A Obama le preocupa, entre otras cosas, que esta técnica pueda usarse para desarrollar armas biológicas. Asimismo, quiere estudiar los beneficios y potenciales riesgos de este hallazgo en relación a la medicina, medioambiente y seguridad.
Este hallazgo parece ser sólo el primer paso para crear vida artificial, ya que permitirá diseñar un alga -unicelular, como la mayoría de las algas naturales- que fije el CO2 atmosférico y lo convierta en hidrocarburos, utilizando la energía de la luz solar para ello. Otros proyectos persiguen acelerar la producción de vacunas y mejorar los métodos de producción de ciertos ingredientes alimentarios, y de otros compuestos químicos complejos.