Abuso de productos de limpieza inmuniza bacterias

Los productos de limpieza usados en viviendas así como en instalaciones comerciales o agrícolas, podrían estar contribuyendo al aumento de la resistencia bacteriana en patógenos alimentarios como la Salmonela. Éste es el inquietante hallazgo que ha hecho un equipo de científicos de la Universidad de Birmingham. Los autores de la investigación recomiendan una disminución drástica en el uso "frívolo" de los biocidas, en particular en los productos domésticos, para garantizar que el número de cepas bacterianas resistentes no aumente. Los biocidas son sustancias químicas que matan bacterias patógenas (causantes de enfermedades), y se usan comúnmente en hospitales, granjas, establecimientos de elaboración o procesamiento de alimentos, y cada vez más en casa, para erradicar bacterias y evitar posibles fuentes de infección. El aumento del uso de biocidas en los productos domésticos ha llevado a la acumulación y la persistencia de algunos de ellos en el medio ambiente. Es esta persistencia la que interesa al doctor Mark Webber y su equipo.

El uso de biocidas es conveniente en muchos lugares y situaciones, pero la acumulación cada vez mayor en el medio ambiente puede dar lugar a bacterias que se exponen repetidamente a ellos en bajas concentraciones. El equipo del doctor Webber ha descubierto en el laboratorio que esta exposición tiene como resultado la aparición de bacterias que se adaptan y se vuelven más tolerantes a los biocidas, y, lo más alarmante, que en algunos casos también se vuelven más resistentes a los antibióticos utilizados para el tratamiento de infecciones.

Aunque muchas de las aplicaciones de los biocidas son esenciales, algunas podrían ser descritas como frívolas. El uso de los biocidas debería limitarse a casos en los que existan una necesidad o beneficio verdaderos, con el fin de reducir la resistencia creciente de las bacterias a los antibióticos y a los biocidas. Ya hay una serie de bacterias patógenas que no pueden ser eliminadas con antibióticos convencionales. Aunque se investiga mucho sobre tratamientos alternativos, existe el riesgo de que estos no estén disponibles a tiempo si la resistencia de las bacterias crece demasiado rápido. Por eso, es fundamental tomar medidas como reducir el uso innecesario de los biocidas, para garantizar que la cantidad de cepas resistentes a los antibióticos no aumente.